Edad Media

Con la llegada de los 谩rabes comienza el desarrollo de un verdadero n煤cleo de poblaci贸n y el asentamiento definitivo de la poblaci贸n en la ribera del r铆o J煤car. Si bien no quedan restos de aquel per铆odo, s铆 que ha perdurado su recuerdo en la cultura y forma de vida del Picazo. De esta 茅poca proviene la leyenda del pe帽asco de la Encantada, que es un promontorio existente al norte del t茅rmino municipal habitado por una mora encantada que cada a帽o, el d铆a de San Juan, baja a la orilla del r铆o a peinar sus cabellos.

Noria 谩rabe

De esa cultura provienen diversas pr谩cticas tradicionales en el pueblo, por ejemplo la forma de matar los pollos, desangr谩ndolos antes de comerlos, seg煤n la costumbre isl谩mica, y diversas t茅cnicas de cultivo y construcci贸n, en especial las presas en el r铆o para molinos y batanes. Una de sus aportaciones principales fue el sistema de riego. Los 谩rabes introdujeron la azuda, una rueda grande, que se colocaba en el r铆o y que, aprovechando la fuerza de la corriente, elevaba el agua por medio de cangilones y arcaduces y permit铆a su distribuci贸n a trav茅s de las balsas y canalizaciones a toda la huerta. Junto con la azuda introdujeron la noria, elemento esencial en la vida del Picazo durante siglos. Este sistema de riego ha perdurado exactamente igual hasta el 煤ltimo tercio del siglo XX, cuando la instalaci贸n de motores y el riego por aspersi贸n y goteo han ocasionado el abandono del sistema tradicional.

Alc谩zar y murallas de Alarc贸n

La historia del Picazo va unida a Alarc贸n como aldea suya hasta el siglo XVI y como lugar dependiente de Alarc贸n hasta bien entrado el siglo XIX, cuando adquiere la categor铆a de villa.

Alarc贸n fue conquistada definitivamente a los 谩rabes por Don Hern谩n Mart铆nez de Cevallos en nombre de Alfonso VIII en 1184. El rey Alfonso VIII, dada la importancia de Alarc贸n como punto estrat茅gico de defensa de la frontera sur contra los moros, aument贸 sus defensas, la repobl贸 con gran afluencia de nobles y le otorg贸 un fuero propio.

El Picazo, dada la cercan铆a debi贸 de ser una de las primeras aldeas de Alarc贸n, bien por donaci贸n real o por haber sido repoblada por vecinos de Alarc贸n dentro de su t茅rmino. En el siglo XV, el se帽or铆o de Alarc贸n, y con 茅l, el Picazo, pas贸 a poder de Don Juan Pacheco, marqu茅s de Villena. Don Juan Pacheco, primer marqu茅s de Villena, era due帽o de casi toda la Mancha, parte de Andaluc铆a y Murcia. Sus posesiones se extend铆an desde Cuenca hasta Almer铆a. A la muerte de Enrique IV, el marqu茅s de Villena tom贸 partido por Do帽a Juana la Beltraneja comenzando las guerras entre el Marquesado y los Reyes Cat贸licos. La guerra empez贸 en 1475 con la sublevaci贸n de Alcaraz.

Vista de Alarc贸n desde el camino del Picazo

Los reyes invitaron a todas las villas y lugares del marquesado a separarse de la obediencia del marqu茅s y a tomar las armas a favor de la Corona. Las principales villas del marquesado, cansadas del continuo cambio de due帽o, se fueron sublevando contra el marqu茅s y tomando partido por los Reyes Cat贸licos. Los reyes exig铆an a las villas sublevadas la entrega de las fortalezas, que sol铆an ser derribadas a continuaci贸n para evitar nuevas sublevaciones. Esta es la raz贸n por la que han desaparecido la mayor铆a de los castillos de La Mancha.

Cansadas de la guerra ambas partes, se lleg贸 a un acuerdo que puso fin a las luchas, y por el que el marqu茅s conservaba las villas que le segu铆an siendo fieles quedando el resto a favor de los Reyes Cat贸licos.

Puentes y torres vig铆a en Alarc贸n

Dur贸 poco tiempo el acuerdo y enseguida se desat贸 una segunda guerra. Los reyes enviaron a Jorge Manrique y Pedro Ruiz de Alarc贸n a luchar contra las villas de Belmonte, Alarc贸n y Castillo de Garcimu帽oz. Se produjeron innumerables escaramuzas por todo el territorio, saqueando y destruyendo numerosos lugares (Ca帽avate, Villanueva de la Jara, Villarrobledo, El Peral, etc).

Los vecinos de Alarc贸n resistieron a las tropas reales y no hubo forma de apoderarse de la fortaleza. Igual suerte corri贸 el Castillo de Garcimu帽oz, en cuyo asalto muri贸 el celebrado poeta Jorge Manrique.

Iglesia de Santo Domingo

Los Reyes Cat贸licos, para acabar con la sangr铆a de dinero y soldados, el 1 de marzo de 1480 reconocieron definitivamente al Marqu茅s de Villena la posesi贸n de Alarc贸n, su castillo, t茅rmino y aldeas as铆 como la de otras villas fieles: Castillo de Garcimu帽oz, Belmonte, Escalona, etc.

El se帽or铆o o estado de Alarc贸n qued贸 reducido a: Alarc贸n, Olmedilla de Alarc贸n, Gascas, Honrubia, Torrubia del Castillo, La Almarcha, Hinojosa, Zafra, Castillo de Garcimu帽oz, Pinarejo, Atalaya, T茅bar, Picazo, Rubielos Altos, Valhermoso y Valverdejo.

Ayuntamiento de Alarc贸n

Con el final de las guerras, Alarc贸n y sus aldeas vivieron su mayor periodo de esplendor monumental, con la construcci贸n y embellecimiento de iglesias y casas se帽oriales durante el gobierno del Marqu茅s de Villena Don Diego L贸pez Pacheco, que falleci贸 el 6 de noviembre de 1529.